Contrastes

Soy financiero, trabajo en una Banca de Inversión y el dinero es mi mundo. Como nos decía un profesor en la universidad "El que crea que la plata es el demonio, no debería estudiar esto" pero además decía : "Pero tampoco hagan como los jesuítas, que dicen que la plata es la escoria del mundo y que por eso ellos vinieron a recogerla toda". Sabias palabras, de las que me acuerdo casi todos los días, aún mas habiendo estudiado en colegio de jesuítas. No obstante en una de esas lecciones que le da a uno la vida, ayer me encontré con dos situaciones de aquellas que le sacuden a uno todas sus convicciones y todos los argumentos de los que uno dice estar tan seguro.

-Vayase adelante- me dice mi jefe. Abro la puerta del Mercedes Benz E320 modelo 2005. Me dice corra la silla un poquito, y mecanicamente llevo mi mano hacia el fondo de la silla. - No, de ahí no- me dice el chofer (la ignorancia es atrevida) y me señala uno de los botones de la puerta.

Llegamos a nuestro destino, y tenemos la reunión, es un negocio de mucha plata. Hasta ahí, todo va en su curso normal, y mis pensamientos además de "este cabrón tiene mucha plata" son: "algún día tengo que tener mas plata que este cabrón".

Con mis nalgas todavía calienticas debido a la calefacción que tiene el E320 en las sillas de cuero, salgo del trabajo y me dirijo hacia la once, es hora de irme para mi casa, ya no en el E320 sino en el c42: Fontibón, Modelia, Salitre Plaza...Colectivo Daihatsu Negro en el que parece que fuera toda la población de Bogotá. Y entonces vuelvo a pensar: "Algún día tengo que tener mas plata...pero aunque fuera una moto estaría bien en este momento" Seguimos en el curso normal de mis pensamientos.

Por fín, llego a mi casa. Esta noche hay visita, mi prima, el esposo y su familia están invitados a comer por mi mamá. Lo que yo no sabía era que uno de los hermanos del esposo de mi prima, tenía problemas, o como dice mi mamá, que estuviera "enfermito". Enfermito quiere decir que es mongólico, y no me gusta usar la palabra porque me acuerdo en el colegio, como usabamos ese término de manera despectiva y a manera de ofensa. Saludo a todo el mundo, de últimas a Jason. La verdad nunca había conocido a alguien con esa condición, por lo que fue un momento incómodo al no saber como actuar. Le digo - Hola, que tal- y Jason me estira la mano, me da una palmada en la espalda, y me dice - sigue, sigue..- es la primera vez que un desconocido me invita a la sala de mi propia casa. Jason disfruta la comida como nunca he visto que lo haga otra persona. Cuando traen el postre Jason se emociona, aplaude y se ríe. Es el momento culmen, es el éxtasis de la noche. Jason se come el postre con mas alegría que con la que se comió el plato principal. Después, mientras todos hacen visita, Jason me habla, me cuenta cosas, mueve las manos y me explica. La verdad poco o nada pude entender de lo que me estaba tratando de decir, pero la manera como como me lo decia me tenía cautivado. Mi prima se despide, el esposo se despide, y Jason se despide me da la mano y un abrazo.

Esta mañana cuando venía de nuevo al trabajo, pensaba en el bus que ha Jason poco o nada le hubiera importado montar en un Mercedes Benz E320, que poco o nada le importa tener mas plata que este o aquel, y que definitivamente su percepción del dinero es muy diferente a la de todos nosotros.

Mi mundo es el dinero y la moraleja no es que en vez de comprar un Mercedes voy a fundar un instituto de caridad. Aunque bien podría serlo. La moraleja, al menos para mi, es que el dinero no es mas que una herramienta y No un dios, que es probablemente la herramienta mas importante de toda la humanidad, pero el fin del dinero es satisfacer las necesidades del hombre, y no el fin del hombre vivir por el dinero. Jason vive en función de la simplicidad de las cosas, vive por un postre, y por el gusto de hablar con alguien. No se amarga por tener o no tener, no se preocupa si en el futuro va a jugar golf y ser parte de un club, no se preocupa por los plazos, los contratos, las comisiones de éxito, la retención en la fuente, los impuestos...Su familia debe hacerlo para que el tenga que comer, pero en su inocencia vive la felicidad, felicidad que se aleja cada vez mas cuando pensamos en que el objetivo de nuestra vida, es tener mas plata que éste o aquél cabrón. Ahora me pregunto ¿Quién será el mongólico?