jueves, junio 29, 2006

La felicidad esta limitada a la tranquilidad, la tranquilidad esta limitada a la satisfacción, la satisfacción ésta limitada a la conformidad, y la conformidad es subjetiva, es decir, lo que es suficiente para unos no lo es para otros. Para mi, aparentemente nada es suficiente. El mundo que me rodea es inmenso y lleno de oportunidades, sin embargo, tales privilegios están limitados por miles y miles de factores ajenos a lo humano. De esta manera, desde el país en el que nacimos hasta el lugar en donde trabajamos esta determinado por el azar, por la suerte y por la bondad de Dios, quien ha sido extremadamente generoso conmigo, sin embargo, por mi constante impaciencia la vida simplemente parece pasar sin pena ni gloria. A veces me gustaría haber vivido en el medioevo y haber podido ser un caballero, vivir intensamente y morir defendiendo mis convicciones.
La vida moderna simplemente nos supone retos de supervivencia: supervivencia física, social, emocional, cultural…Todo depende. En un país como Colombia, en donde el hecho haber terminado una carrera en una universidad privada supone riqueza, la supervivencia toma un papel aún más relevante. Vivir tranquilamente y con privilegios significa depender de los padres en el colegio y la universidad, luego conseguir un trabajo e ir escalando, tener dinero y establecer una familia para que el ciclo se repita. En ese camino nos encontramos con millones situaciones y personas que son las que realmente constituyen lo que llamamos vida. Pero que pasa cuando queremos más? Y qué significa querer más? En mi caso, amo mi profesión, y me lleno de orgullo de poder desempeñarme en ella, pero el mundo que la rodea es un mundo lleno de superficialidad y apariencia. Creo que las cosas van más allá de una carrera u otra, creo que el problema lo constituye la monotonía. En las mañanas me levanto, me baño, me visto, voy al trabajo, trabajo y luego de vuelta a dormir. Repitamos la rutina 240 días laborales, y a los fines de semana démosles el beneficio de la duda. Ahora bien, lo preocupante no es lo pasado sino lo futuro, y en el futuro solo se vislumbran otros 240 días de los mismo, bien con un mayor o menor sueldo, bien con nuevos o viejos compañeros de oficina, bien solo con novia o esposa… a futuro parece ser lo mismo. Surge de nuevo en mi el sentimiento de culpa, volvemos al hecho que estar trabajando como profesional en un país como este se constituye casi en ganarse la lotería, y yo quejándome de mi buena fortuna…Sin embargo, me sigo sintiendo igual. No pretendo en ningún momento ser desagradecido con la vida, por el contrario, todos los días agradezco a Dios las diez mil posibilidades que me ha brindado, solamente que me parece que hay tantas cosas que ver, tantas cosas que hacer, tantas personas que conocer, que permanecer 10 o más horas frente a un computador durante el resto de mi vida productiva me parece un poco aterrador.
Alguna vez leí una frase que decía que la felicidad no es una estación a la que se llega sino una manera de viajar, han sido unas de las palabras que más han tenido sentido durante toda mi vida. Buscando una respuesta a mis cuestionamientos, me pregunto si entonces debo montar un bar en una playa, o irme como voluntario de las naciones unidas a algún país de África, o dedicarme a pedir limosna y viajar por el mundo. No, probablemente esa no es la respuesta. Amo lo que hago, muchas veces quisiera que pudiera hacer mi trabajo sin problemas, sin tener que estresarme, ni trasnochar, ni utilizar mis fines de semana, sin madrear a mi jefe y sin madrearme a mi mismo. Pero afortunada o desafortunadamente no funciona así. En una caricatura de mafalda encontré quizá uno de los cuestionamientos más sabios que he podido leer: mafalda esta al lado de miguelito y le dice: “sí, trabajar para ganarse la vida… pero por qué esa vida que uno se gana la tiene que desperdiciar trabajando?”. Probablemente mi presidente (del país y de la oficina) se disgustaría conmigo, por perezoso, porque en teoría uno debe trabajar hasta cuando caga, trabajar, trabajar y trabajar…pero para que mierdas trabajar tanto? El presidente de la República trabaja por sus ciudadanos, el Presidente de la Empresa trabaja por su propio bienestar, y yo? Por mi bienestar y por bienestar de las personas que amo (Afortunadamente todavía no me ha tocado trabajar por necesidad). El problema es cuando el tiempo para nuestro bienestar se reduce tanto que se convierte en más trabajo, y por mas que uno ame lo que hace se termina cansando y es entonces cuando lo que uno quería se vuelve detestado. Aún peor cuando el bienestar es únicamente sobrevivir. Sobrevivir físicamente, es decir, tener que comer y donde vivir; sobrevivir socialmente, es decir, tener esta o aquella marca en la camisa o la corbata para ser aceptado; sobrevivir emocionalmente, es decir tener con quien compartir nuestra vida. Y esto es lo que me parece mas deprimente y patético, vivir para sobrevivir, porque somos hijos de Dios creados a su imagen y semejanza, el hombre es un ser perfecto con ilimitadas posibilidades y cuando únicamente sobrevive, pierde su esencia. Una máquina debe tener un fuente de energía (Supervivencia física), debe ser vigente (supervivencia social) y debe tener varios programas (Supervivencia emocional). Entonces, cuando nos limitamos a sobrevivir, el hombre se convierte en una puta máquina, en un ser inanimado que solo ve pasar el tiempo y que se dedica a hacer lo que se la programado. La rutina, la monotonía y la necesidad nos obligan a sobrevivir. El qué hacer va un más allá de mis pensamientos en este momento, sin embargo, las personas que están en mi camino y quienes de alguna manera me han apoyado o querido, son los que me recuerdan todos los días que aún estoy vivo…